
Redacción
Ciudad de México.- En una de las grandes urbes de México, un grupo de profesionistas se reúne para una sesión de networking, cuando de pronto surge la conversación sobre cómo aumentar sus oportunidades laborales. Uno de los asistentes comenta que, tras obtener su certificado en inglés, fue considerado para un proyecto a distancia con Estados Unidos. Este testimonio refleja una tendencia clara en México: muchos han decidido fortalecer su inglés no sólo para mejorar su vida profesional en México, sino para acceder a mercados fuera del país, incluso sin tener que salir del país.
A nivel nacional, el EF English Proficiency Index 2023 ubica a México, con una muestra representativa de 2.1 millones de participantes, en el puesto 87 de 116, con un puntaje de 459, muy por debajo del promedio global (477) y en el antepenúltimo lugar en Latinoamérica (solo por encima de Haití y Ecuador) (EF EPI, 2023). No obstante, existen contrastes locales: entidades como Nuevo León (530), Jalisco (529) y Querétaro (511) superan con creces la media regional (EF EPI, 2023).
Mientras tanto, al norte de la frontera, un informe de Pearson (marzo 2024) arroja datos reveladores: sólo el 13 % de quienes alcanzan nivel avanzado en inglés reportan insatisfacción laboral, comparado con 36 % entre quienes poseen nivel básico. Además, el 80 % de trabajadores con dominio intermedio o superior de inglés considera que sus ingresos aumentaron tras mejorar el idioma, y el 56 % estima incrementos de hasta el 50 %, mientras un 20 % cree que puede escalar al 80 % (Pearson, 2024).
En México, esta percepción también comienza a tomar fuerza. Empresas multinacionales y startups tecnológicas han estandarizado el inglés en sus procesos de reclutamiento, solicitando certificaciones como PTE o Versant by Pearson. La versión 2024 del Pearson Global English Proficiency Report revela que la tendencia de dedicar recursos a pruebas de idioma se incrementó cinco veces desde 2020, especialmente en el sector de tecnología (Pearson, 2024).
Si bien los datos nacionales reflejan un gran desafío, las oportunidades de crecimiento están al alcance. En Guadalajara, Monterrey y la Ciudad de México, donde el promedio supera los 530 puntos en el índice local, las vacantes que requieren “inglés funcional” son cada vez más comunes. Profesionales con dominio de lectura, escritura, escucha y conversación reportan mayor probabilidad de acceder a proyectos internacionales o posiciones gerenciales.
El valor de esta habilidad no solo se mide en oportunidades, sino también en bienestar. El estudio de Pearson muestra que el 72 % de los estadounidenses cree que su trabajo sería más sencillo con un mejor nivel de inglés; y 85 % opina que el idioma es esencial para sus labores (Pearson, 2024). Además, quienes cuentan con apoyo educativo en el empleo duplican sus niveles de satisfacción en comparación con quienes no lo reciben (Pearson, 2024).
En el contexto mexicano, esto representa una señal clara: una mayor inversión en formación lingüística corporativa puede traducirse en empleados más felices, productivos y estables. Empresas con esquemas de capacitación activa muestran mejores índices de retención del talento y rendimiento en entornos internacionales.
Lorena Aceves, de la Academia de Idiomas en Tecmilenio, comenta: “El dominio del inglés en el ámbito empresarial no es solo una ventaja, sino una necesidad para quienes buscan destacar en un mundo laboral cada vez más interconectado”.
Así, entre datos duros y experiencias individuales, se teje un hilo narrativo que reconstruye el viaje del inglés en México y su espejo inmediato en Estados Unidos. La brecha sigue presente, pero también crecen los caminos: instituciones como Tecmilenio detectaron la necesidad y respondieron con programas efectivos.
En ese sentido, el Skilling Center de Tecmilenio diseñó una oferta ajustada a las realidades de mercado, tutoría personalizada, certificaciones reconocidas en México y Estados Unidos, y horarios flexibles que se adaptan a profesionales activos. Sus cursos incluyen simulaciones de reuniones, negociación con clientes estadounidenses, redacción de correos formales, servicio al cliente bilingüe e interacción intercultural. La estructura es modular, progresiva y personalizada, desde fundamentos del inglés de negocios hasta contextos avanzados de comunicación funcional.
El resultado en el corto plazo es una peña de profesionales mejor preparados, con voz propia en la conversación global y dispuestos a liderar proyectos tanto en territorio nacional como en las dinámicas transfronterizas.