
Por Redacción
* México está ante una crisis silenciosa para la que se requiere tomar acciones eficientes e inmediatas, alerta la experta en atención a personas mayores
* El envejecimiento acelerado de la población, la falta de regulación y la proliferación de casas de reposo improvisadas, exigen acciones inmediatas de gobierno y sociedad
México enfrenta una crisis silenciosa, que aun cuando ya se alcanza a vislumbrar, por un tema cultural no la queremos aceptar plenamente para estar bien preparados y hacerle frente de la mejor manera. El envejecimiento acelerado de la población, sin un sistema adecuado para atenderla, la falta de regulación, los abusos y la proliferación de casas de reposo improvisadas, exigen una respuesta inmediata del gobierno y de la sociedad, advierte Alejandra Colón, experta en atención a personas de la tercera edad, vocera y directora general de Fundación DAMADI.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2023, México contaba con 129.5 millones de habitantes, de los cuales el 14.7% tenía 60 años o más, lo que equivale a aproximadamente 19 millones de personas. Esta cifra representa un aumento significativo respecto al 12.3% registrado en 2018.
Las proyecciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO) indican que para 2030, el porcentaje de adultos mayores en México alcanzará el 20.45%, y para 2050, se espera que sea del 27.7%. Este cambio demográfico plantea desafíos considerables para el sistema de cuidados del país.
“La vejez en México enfrenta retos enormes que el sistema ha preferido ignorar durante años, es un tema cultural pues, además de que en México la sociedad no es muy previsora, no nos gusta pensar en que estamos envejeciendo y que es nuestra responsabilidad tomar acciones concretas para tener cierta tranquilidad cuando llegue la hora en que no podamos ser tan productivos como en nuestros mejores años”, afirma Alejandra Colón.
La también abogada y experta en atención a adultos de la tercera edad, señala que los principales problemas son estructurales: falta de regulación clara, discriminación cotidiana y abandono familiar e institucional.
A esto se suma una preocupante tendencia: casas de reposo sin preparación que prometen cuidados de calidad, pero operan sin personal calificado, sin protocolos y sin supervisión. “Improvisar el cuidado también es una forma de violencia”, advierte Colón.
En Fundación DAMADI tenemos claro que el enfoque debe ser totalmente distinto: atención personalizada, protocolos sólidos, personal capacitado y un profundo respeto por la dignidad de cada persona. Sin embargo, Colón enfatiza que esto no es suficiente si el resto del sector no se profesionaliza.
“Este sector necesita estándares de calidad claros, medibles y exigibles. No basta con buenas intenciones”, enfatiza Alejandra Colón.
Fundación DAMADI inició una campaña para llamar la atención del gobierno, del Congreso y de la opinión pública, con el objetivo de promover una agenda nacional de cuidados con visión de largo plazo, centrada en los derechos humanos y con financiamiento adecuado.
“Cuando hablamos de la vejez, hablamos de derechos humanos. Y los derechos no se negocian.” Colón subraya que tener acceso a un nivel óptimo de cuidados no debe ser un lujo ni un privilegio. “La tercera edad no se debe vivir en la sombra. Tiene que vivirse con plenitud, con presencia, con respeto, ese es el camino que merecemos todas las personas”, concluye.
Con más de 20 años de experiencia y un protocolo basado en calidad, ética y calidez, Alejandra Colón es una voz referente en el debate sobre la calidad de vida para las personas de la tercera edad en México. Su mensaje es claro: aún estamos a tiempo, pero el tiempo se agota.